Una reflexión sobre el Sistema Judicial

El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa (EFE)

El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa (EFE)

España parece cada día más un país de pandereta.

Vaya por delante que quien comete un delito debe pagar, pero el Sistema Judicial español me resulta realmente inquietante. El último caso, la instrucción soprendentemente irregular del caso Blesa. Pero ahí están también la «filtración constante» de pruebas del caso Urdangarín.

¿¿¿Qué clase de país se salta los derechos constitucionales de sus ciudadanos de esta manera???

Estamos en un punto en el que si te llaman a declarar aunque sea en calidad de testigo puede suponerte la ruina personal y profesional por el juicio sumarísimo al que se te somete ex ante.

Iñaki Urdangarín (Reuters)

Iñaki Urdangarín (Reuters)

Quien sea culpable, que pague cuando lo diga el juez en un proceso limpio y libre de argucias «legales», y quien sea inocente, que se le respete como tal. ¿Dónde ha quedado la presunción de inocencia? ¿Dónde ha quedado la intimidad? ¿El respeto por una carrera profesional? ¿En qué clase de instrucción se filtran todas las pruebas? ¿No se supone que los magistrados son independientes?

Por mucho que nos hayamos levantado en armas contra los «chorizos» debemos ser más prudentes porque estamos contribuyendo a pervertir el Sistema Judicial, que debería ser máximo garante de nuestra condición de ciudadanos españoles.

Nadie está libre de culpa, la justicia filtra pruebas pero los periodistas las cogen a manos llenas para dar titulares seductores que todos leemos cada día. Siempre hay un juez estrella que se arroga el papel de justiciero que reclaman las masas sin atender a los principios básicos de su puesto. Y las masas, por su parte, le aplauden con júbilo sin pensar que se acaban de dinamitar los fundamentos de nuestros derechos constitucionales así como nuestra seguridad jurídica.

Un proceso judicial no afecta sólo al acusado -que puede acarrearle la ruina, aún en el caso de acabar siendo absuelto- sino también a su entorno, familia, amigos, todos. Es necesario un ejercicio de responsabilidad serio, de imparcialidad y de rigor.

La justicia es ciega, pero al parecer nos ha salido algo trapichera.

Nota | Yo no soy jurista, sino economista, y como tal, mis conocimientos sobre el Sistema Judicial español son verdaderamente limitados, pero no por ello voy a dejar pasar la oportunidad de entregarme a la tradicional práctica española de opinar sobre lo que a uno le da la gana. En todo caso esta entrada sólo pretende reflejar una inquietud que tengo desde hace tiempo y que no ha hecho más que adquirir intensidad al ritmo de los dimes y diretes de los que se hace eco la prensa con tanta eficacia.

Imagen la fachada del Tribunal Supremo | alexmadrid.es

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